Os dejamos la crónica de un dÃa bastante improvisado a la par que extremo. Perdonad el estilo un tanto Bragatanga. (4-3-2004)
[+] click para ampliar Nieve paketón poco usual a estas latitudes |
MISIÓN JAVALAMBRE (4-3-2004)
Procedemos a detallar los hechos acaecidos el pasado jueves laborable en la sierra Javalambre.
Se convocó a todos y cada uno de los miembros NERP pero sólo los más técnicos, a la par que extremos acudieron a la cita. Asà pues, el dÃa en cuestión, a las 8:00, el numeroso grupo de expertos salió a la aventura. Duque pilotaba el 206 mientras Rammellow ejercÃa de copi intentando implementarse de la ruta a realizar y cuan técnica serÃa. Contrariamente a todo sentido común, cargábamos con los piolos (entre ellos el Falcon), los cramps, bastones, artiach?y por supuesto los maccas.
El primer susto del dÃa llegó en un penoso adelantamiento a un camión conducido por una persona muy lerda. En el momento de máxima aceleración el tipo se puso a girar a la izquierda bloqueándonos el paso. El 206 pasó xiscando la cuneta mientras el lerdo nos pitaba. Continuamos el viaje totalmente acojonados.
A las 10:15 llegamos al campo base del refugio Rafael Serra (1300m) donde abandonamos el 206 e hicimos acopio de todo nuestro material. Por una pista forestal fuimos ganando altura hasta la primera curva a la derecha, donde nos esperaba una cascadita de hielo muy bien formada q hizo las delicias de los NERP. Después del subidón reiniciamos la marcha hasta llegar a unos casetos (nacimiento del rÃo Arcos) donde nos desviamos a la derecha para coger el barranco de los Hombres por donde discurre el GR-10, pero no vimos una jodida marca. Las primeras nieves hacen acto de presencia y revolucionan nuestro estado psÃquico. TodavÃa desconocÃamos que el verdadero paketón se hallaba en altura.
Progresamos por un agradable bosque que se nos hizo interminable. TenÃamos la cumbre del Buitre (1957 m) a nuestra izquierda pero no sabÃamos muy bien por donde se iba. Asà que exploramos varias vÃas por las que superar el muro de roca de unos 15 m que nos cortaba el paso. Tras varios intentos totalmente a flash desistimos ya que nuestro nivel técnico estaba muy por debajo de lo esperado, asà que continuamos rodeándolo y subiendo el bosque hasta la cumbre. En altura la nieve paketón muy powder posibilitaba esquiadas muy radicales entre pinos, pero esta no era nuestra misión.
En la cumbre empezó una ventisca glacial que nos obligó a refugiarnos en un chabolo muy cutre a la par que útil. Fuet y fotitos varias y continuamos la marcha. Duque sale con todo su material (chaqueta, gorro, gafas?)mientras Rammellow confÃa ciegamente en su cortavientos Nat Way. Trece metros más tarde, la ventisca le obliga a abrigarse a piñón, el Nat Way era totalmente insuficiente frente a temperaturas de sensación de -10 ºC.
Afrontamos el peor tramo del dÃa, varios kilómetros muy expuestos al viento a una altura constante de 1900 m donde el hambre y el cansancio por el escaso esfuerzo realizado hicieron acto de presencia. En el primer solete que vimos vino a nuestra mente el pote de maccas preparado en penosas condiciones la noche anterior. Además del solete el lugar presentaba unas interesantes cornisas que atrajeron nuestra atención y no tardaron en ser desvirgadas.
Con el estómago saciado decidimos ponernos los crampones para continuar la marcha, aunque no hacÃan ni puta falta. Al superar la primera cornisa observamos que el paketón de nieve decaÃa peligrando la integridad de nuestras 12 puntas. Un par de cornisas más fueron desvirgadas mientras continuábamos en busca de riesgos aún más extremos. Bajo el puntal del prado (1997 m) descubrimos en lontananza una pala S4 graciosÃsima muy cargada de nieve powder. Después de bajar 100 m para llegar a su base, Duque empezó a abrir huella con sus Grivel. Sensaciones andinas rollo Alpamayo proporcionaron gran satisfacción al grupo, pero la zona más extrema estaba por llegar. Frente a nosotros, a no más de un kilómetro, Duque avistó grandes formaciones cornisales con múltiples posibilidades que atrajeron poderosamente nuestra atención. Tras una rápida aproximación y ya a pie de vÃa observamos que la ruta exigirÃa el trabajo de los dos piolos. El Falcon pinchaba en nieve powder y el Nepal disfrutaba como nunca, mas los resultados fueron patéticos. En eso que descubrimos el último gran problema del sistema ibérico: la primera invernal al Pilar Central del Cerro Cavero (1984 m). Tremenda formación de hielo, nieve y roca con un muro desplomado de unos 3 metros que exigió de toda nuestra técnica adquirida durante el dÃa. Duque se esforzó durante más de 3 minutos mientras Rammellow filmaba todos sus movimientos. El problema sigue sin resolverse.
Extasiados de tanta escalada vertical y plenamente satisfechos por el trabajo realizado, las palas de 55 grados eran perfectas para desarrollar nuestra técnica de autodetención con piolet.
El dÃa tocaba a su fin y nos encontrábamos tan lejos?Es más, era lo más lejos que habÃamos estado del coche en todo el dÃa. AsÃn que a eso de las 17:00 decidimos que ya era hora de pirarse, pues la luz comenzaba a escasear y llevábamos frontales sin pilas. La ruta exigÃa recorrer en toda su magnitud el barranco del Pasillo, interminable como ninguno. Con un comienzo bastante precioso poco a poco fue tornándose en un infierno. La monotonÃa del paisaje nos impedÃa saber si nos hallábamos en el buen camino y si conseguirÃamos salir de dÃa de allÃ. Unos primeros saltitos graciosos dieron paso a un complejo sistema de fosas, cada vez más profundas, donde te la jugabas a cada salto. No habÃa cobertura y la noche se cernÃa sobre nuestras cabezas. Las tres últimas fosas eran brutales, la última de más de 5 metros de profundidad, que exigÃan una poderosa técnica de destrepe, de la que Duque carecÃa. Con el susto en el cuerpo ante la posibilidad de un vivac a pelo y temiendo la llamada de la madre de Rammellow a la Guardia Chivil, arribamos al 206 sobre las 19:00 y emprendimos la vuelta exhaustos, enrojecidos, pero conscientes de que la misión habÃa sido un éxito.