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Sunday 1 de January de 2006, 00:00:00
Misión Boí et Taüll
Tipo de Entrada: RELATO | 2066 visitas

Todo lo que allí ocurrió, en formato texto y con fotos a todo color. Una joya de coleccionistas.

Esquí izquierdo y esquí derecho. Contraluz controlado
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Esquí izquierdo y esquí derecho. Contraluz controlado
Corredor
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Corredor
En el meollo
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En el meollo

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Misión Boí et Taüll

La dispersión del Comando en las fechas navideñas, lleva a nuestro superhéroe a las frías regiones de los Catalonian Piris donde deberá escocer una turgente misión que mantenga ebullente la altísima reputación de toda la organización.
Las primeras impresiones son poco impresionantes ya que el manto nival efluye de manera discontinua y en famélicos espesores por lo que se establece una jornada de reconocimiento en las pistas de esquí de Boí et Taüll.
Asín pues, se procede al pago en efectivo de 30 euros de los de antes en concepto de forfait y o u pegatina con alambre. Las pistas de color están cerradas, sólo hay abiertas pistas rojas, azules y verdes con nieve polvorón de buena calidad. El fuera pista es totalmente imposible y las barandillas de los free-riders saltimbanquis dan un miedo que te cagas (he visto Mikel´s monfletear barandillas de hierro y acabar como Monchito, he visto cosas que vosotros no creeríais...) por lo que procedo a la oteación de los arlrededores en busca de actividades técnicas y extremas para el día venidero.
 Cual creador de Raid´s diseño un recorrido exigente para conmigo mismo. Salida en la curva a izquierdas en la cota 1700 de la carretera a las pistas, ascensión y remontación de toda la Vall de Moró, ascensión del Cap de les Raspes Roies (2751m.), descenso a la cota 2200 de las pistas, ascenso del Cerbí de Durro por corredor extremo (2652 m), descenso a la cota 2000. Desnivel positivo: 1500 m (o más), desnivel negativo: 1100 m (siempre negatifos, nunca positifos). La única duda era saber si la cantidad de nieve estaría a la altura de mis tremendas facultades innatas (sin nata). Hago 200 dominadas de los marcos de las puertas y duermo con las botas de esquiar puestas para adelantar unos preciosos minutos al día siguiente.

El día siguiente (28-12-2005)

El fuerte madrugón causa estragos en todo mi ser. Para quitarme el pijama de ovejitas me tengo que quitar las botas de esquiar. Pierdo unos preciosos minutos. Desayuno los alimentos recomendados por mi nutritista y endocrinólogo: 125 ml de lacto-leche fría y dos ensaimadas con polvitos blancos: hidratos de carbono, muchos, proteínas, también.
Me vendan los ojos y me introducen en un coche desconocido ignorante de los peligros a los que me someto. Soy depositado a las 10.40 de por la mañana (apréciese el madrugón) en una curva a unos atérmicos -6ºC. Con los dedos como Calippos de menta  implemento las focas en los esquieses y discurro grácil como una pluma por la pista forestal de la umbría del valle. Puedo oler huellas recientes de raquetaires tarragonensinos pero no veo a nadie.
En un momento dado, antes de un arroyo semicongelado, la pista se inmiscluye en sí misma y desaparece. Digo mierda tres veces (en voz bajita). Las huellas siguen recto parriba por un terreno pestoso entre piedros gordos, matojales y pinos de ramas bajas por lo que debo cargar esquís en mi fornida espalda y continuar a pie y caminando de forma nada grácil. Conforme asciendo, la nieve es más profunda y después de media hora de penoso pateo parece que descubro un camino con sus huellas de esquis y todo.
Otra vez foqueando voy ascendiendo a media ladera buscando las zonas más y mejor innivadas. Me marco unas zetas  perfectas y unas vueltas maria patéticas en un terreno claramente de aludes (pinos pequeños o ausencia de pinos). Antes de llegar a un amplio llano me juego el pescueso en pequeños flanqueos de 4 o 5 metros de nieve muy dura, los cantos no clavan nada y las cuchillas las llevo en la mochila (las de afeitar no, las otras).
Cual paleta en la obra me dispongo a almuerzar al solete en el susodicho llano. Son las 1 del mediodía y nuestro superhéroe (ese soy yo!) se encuentra a unos 2200 metros de altura sobre el nivel del mar de Alicante (Alicante, que bonita eres!).
Mi nutritista se ha quedado haciendo compras así que como lo que me sale del culo (es un decir): bocata de pan pasao con sobrasada (sobra sada? No, no sobra nada....juas juas) y queso (sobrasada y ques en catalán), un zumito, mandarinas y agua para todos.
Me decido a poner las cuchillas, pero como ahora es bastante llano no hacen sino ralentizar mi endiablada marcha. Oteo el camino que me queda por realizar. En el collado se aprecian claramente las vallas naranjas de la pista roja pero la inivación es escasa y se masca la tragedia: un pateo interminable por piedras y piedrecitas hasta el collado con los esquis en una espalda. Oteo el reloj y veo que no me da tiempo ni de coña a hacer todo el recorrido rollo Raid que me había marcado. El Cerbí de Durro está to lejos y es por ello que un rayo de esperanza aguirre me ilumina. A mi centro-derecha aparece una línea directa y vertical hacia el Bony de la Redona. Me sopeso los huevos y las posibilidades que tengo. Dándome margen llego arriba a las 3 y al coche a las 4. Vuelvo a mirar al colladete de la pista roja. Es feo. Miro el corredor. Mmmmm...oh si....si...Decido que si. Sí, quiero. Se antoja fácil (no confundir con Pantoja).La lerdez que estoy haciendo me obliga a retroceder como 100 metros para encararme adecuadamente pero mes igual, que bonito es el amor... Me desaproveo de los esquieses y me erclo dos crampones y un piolo, el Grivel Nepal, toda una máquina de pinchar en nieves. Son las 1 y 45.
 Hacia la mitad del corredor estoy harto de hundirme hasta la rodilla y trato de cambiarme a un ramal que viene por la derecha. Veo que está igual de mal y vuelvo a lo mío. La cámara se costipa, estornuda y se queda con el objetivo abierto. No más fotos (como diría Belén Esteban). En ocasiones los 40º de pendiente, se juntan a la dureza de la nieve y me hacen sudar sudores fríos. En los últimos 100 metros del corredor aparece una posible salida a la izquierda, pero pese a los tramos de acojone debido a esa nieve dura, decido que soy un superhéroe y me valgo a mis fans y debo salir por arriba. Al final, para hacer bonito, han puesto una mini-cornisa. Intento calentar a la cámara con gestos y relatos obscenos pero ella no responde, una pene (pena en catalán) porque la foto salía bonita bonita.
 Ante mi aparece una vasta extensión de terreno pedregoso con alomadas pendientes rollo Javalambre. Cual borracho a las 4  de la madrugada, ando dando tumbos calzado con las botas de esquiar (uy si, son super cómodas, se anda muy bien....) hasta que en unos 15 minutos consigo pasar a la otra vertiente casi en la cumbre del Bony de la Redona. Desvirgo una pala de S3 y voy a parar a la pista 45 de Boí Taüll Resort, pista Arán Coll Birros. Busqué el Resort pero no lo encontré. Boí y Taüll si que estaban donde siempre. El caso es que la pista estaba cerrada para el resto de mortales e inmortales ya que la parte alta (la de Puig Falcó) estaba sin nieve. Bajo a super velocidad supersónica y en un pedo estoy en la zona de la cafetería de las pistas. Son las 3 y 40 y procedo a comer en horario español un bocadillo catalán de pan pasao, jamón y tomate (chamón y tomat). Como soy NERP me pongo a comer en la terraza, ya se ha ido el sol y estoy a -10ºC. Me se caen tres dedos al suelo y a las 4.30 el hijo de puta de antes me venda los ojos y me mete en el coche desconocido. Al final, con mis superpoderes, mato al del coche, al nutritista y al que inventó lo del Resort. 

 
Información obtenida de http://comandonerp.iespana.es (tu web naranja y cada día la de más gente)




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